lunes, 3 de diciembre de 2018

La ortografía



Cubierta de nuestro catálogo n.º 79
“Duelete de effa Puente Mançanares / Mira que dize por ai la Gente, / Que no eres Rio para media Puente, / Y que ella es Puente para treinta Mares”. Versos de un soneto de Luis de Góngora, copiados de una edición de 1659.

Cuando en nuestras librerías mostramos un libro impreso en el siglo XVII, original o facsímil, a algún cliente que no está familiarizado con estas antiguas ediciones, al verlo se sorprende que en otra época la ortografía no fuera la misma que le habían enseñado como dogma de fe, y cuyas faltas eran pecado mortal, y que en muchos casos la memorización de la gramática y la ortografía hicieron que algunos no se atrevieran a escribir, y hasta llegaran a odiar los libros.Y es que aquellos dictados de la Ortografía de Miranda Podadera parece que no tenían otro fin que torturar al alumno como puede verse en este fragmento: “Era bínubo y no bígamo el bigardo y begardo Alberto...”.


Creo que en la escuela se dedica demasiado tiempo a la ortografía e incluso a la gramática, y poco a la lectura y a la redacción. Sería más razonable despertar la afición por la lectura, la curiosidad por la historia de la lengua, y crear un espíritu crítico frente a la sacralización de la ortografía, de lo correcto e incorrecto. Y explicar también que la lengua es mucho anterior a la escritura. Y que la escritura trata de representarla mediante signos, y que al hablar no utilizamos mayúsculas, ni haches, ni diferenciamos la b y la v, etc. Son muchos los que a lo largo del tiempo han propuesto una escritura más fonética, o al menos una simplificación de la ortografía, como Juan de Valdés, Gonzalo Korreas, Unamuno, Juan Ramón Jiménez, García Márquez.
MARIO FERNÁNDEZ, librero
Texto publicado en el Catálogo n.º 79 de Librería Berceo (diciembre 2018 - marzo 2019)

miércoles, 16 de mayo de 2018

Hipólito Escolar, bibliotecario y editor


Atraído por los catálogos que me enviaban he visitado Librería Berceo, situada en un lugar recogido en el Madrid antiguo, la calle de Juan de Herrera. A su propietario y fundador, Mario Fernández, lo conocí cuando trabajaba en Espasa Calpe y venía a visitarme a la Nacional buscando permiso para reproducir algún ejemplar raro, que la editorial solía regalar con motivo de las fiestas navideñas”. Escribe Hipólito Escolar, en Gente del libro (autores, editores y bibliotecarios). Director de la Biblioteca Nacional y uno los creadores de la editorial Gredos, en cuya magnífica colección Biblioteca Románica Hispánica, dirigida por Dámaso Alonso, se publicaron dos de mis libros de cabecera, la Historia de la lengua española, de Lapesa, y los Estudios de lexicografía española de mi admirado y amigo Manuel Seco.

Hipólito, ya jubilado fue cliente y amigo de nuestra librería, e incluso participó en nuestras tertulias organizadas en torno al libro. La primera vez que nos conocimos fue en 1977, fecha en la que se conmemora el trescientos cincuenta aniversario de la muerte de Góngora. La verdad es que yo iba con un cierto respeto a visitar al director, autoridad suprema de este templo lleno de tesoros. Me recibió con gran cordialidad y me ayudó y aconsejó. Recuerdo la emoción que me produjo caminar por sus silenciosas estancias, el tocar con mis propias manos aquellas ediciones de Góngora en las mismas entrañas de la Biblioteca, entre anaqueles, donde no entraba el público ni los investigadores. Y por fin nos decidimos por una edición de un formato peculiar de 9 por 17 cm. titulada Delicias del Parnaso, en que se cifran todos los Romances Liricos, Amorosos, Burlescos, glosas, y decimas satiricas del regocijo de las musas el prodigioso don Luis de Gongora. Barcelona, por Pedro Lacavallería, Año 1634. Obra en la que escribí unas palabras preliminares firmadas como “Los editores”.
     
MARIO FERNÁNDEZ, librero
Texto publicado en el Catálogo n.º 78 de Librería Berceo (mayo - septiembre 2018)