Libreros
que en su mayoría no eligieron esta profesión, sino que este oficio los acogió
a ellos en su seno, porque no encontraban acomodo en otro alguno. libreros que
viven un verdadero exilio en el interior de sus librerías, siempre atentos,
siempre en continua vigilia, con el oído, la vista y el olfato en alerta
máxima, para tratar de adquirir, de hallar entre tanta morralla esas primeras
ediciones, esos libros singulares, o esos temas o autores buscados, que le dan
metafóricamente el pan tierno de cada día, el pan de la supervivencia… pero
qué emoción cuando se encuentra ese libro, parece locura ver cómo librero y
cliente tratan a estos libros con tanta ternura.
Mario Fernández, librero